La terapia está dividida en tres sesiones distintas: La primera, es una entrevista entre la persona y la terapeuta, para conocerse y desarrollar el tema que se quiere trabajar. En caso de la regresión a la infancia, no es necesario trabajar un tema específico. La segunda, es la regresión en sí. Se parte desde el punto que la persona trae a trabajar. Se comienza con una relajación profunda y guiada, luego se sigue con el proceso de hipnosis, y una vez en ese estado, comienza la regresión.Una vez que se identifica el momento donde se originó el tema a tratar, se hace un repaso por varias etapas de esa misma vida, y luego se finaliza con una reprogramación. Es decir, se sueltan creencias limitantes, patrones arrastrados del pasado, para anclar una nueva energía. No solo se deja ir lo tóxico, sino también, se conecta con dones pasados que suelen explicar situaciones presentes. Una vez realizada la armonización, la persona está lista para despertar, guiado por la terapeuta y finalizando la sesión. El tercer encuentro, se trata de una charla final, después de que haya transcurrido un mes desde la sesión para integrar todo lo vivido en ese último tiempo.